Conclusión
La Escherichia coli representa un riesgo significativo cuando se consume agua o alimentos contaminados. Si bien muchas cepas son parte de la microbiota intestinal normal, otras como la E. coli O157:H7 pueden provocar cuadros graves de diarrea, infecciones urinarias o incluso insuficiencia renal. La prevención se basa en una adecuada higiene alimentaria, cocción completa de carnes, lavado de frutas y verduras, y consumo de agua potable. A través de la educación y el cumplimiento de buenas prácticas de manipulación de alimentos, es posible reducir significativamente la incidencia de enfermedades causadas por esta bacteria.
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